Luego de grandes caídas en el mercado financiero, en algún momento llegan las subas, donde los oportunistas pueden hacerse de jugosas ganancias. Los expertos prevén que algunos papeles tienen un upside potencial de hasta 25% en los próximos seis meses. La incógnita a develar es cuándo es el momento justo de hacer la movida, ya que el mercado suele anticiparse entre tres y seis meses a lo que pasará en la economía real. Las acciones más atractivas son las ligadas a los mercados internacionales, como Tenaris y Petrobras, que dependen de la suba del precio del petróleo; como así también las de exportación (Aluar) o aquellas vinculadas con el mercado interno con nichos atractivos de mercado (bancos proveedores de crédito al consumo como Banco Macro y Banco Francés), o con posibilidad de trasladar a los precios sus costos incrementados por inflación.
Todo lo que pega en el piso, ¿luego sube? Las leyes de la física y los mercados financieros no siempre coinciden. Como regla general, en momentos como el actual, con valores depreciados, es esperable una recuperación. Pero atención: no todos los papeles reaccionan de la misma manera, ni son siempre los mismos factores los que posibilitan el upgrade. Las subas de precios luego de grandes caídas obedecen, en primer lugar, a rebotes técnicos, con presión compradora por los bajos precios; luego, más en el mediano plazo, se debe a repuntes de la economía, como lo que se vio desde 2002 hasta 2007. Sin ir más lejos, el último rebote del Merval ocurrió cuando el Senado votó en contra de las retenciones: las acciones ligadas al sector agropecuario tuvieron subas de casi un 10% en algunos casos en un solo día. Otro rebote se produjo hace unas semanas, cuando el gobierno anunció la recompra de bonos, que recuperaron un 5%.
La psicología del mercado indica que grandes caídas puedan ser percibidas como oportunidades de compra. Los rebotes, en general, pueden ocurrir a raíz de la aparición de noticias que cambien la percepción del mercado. Para aquellos inversores que tienen una visión optimista, las caídas son percibidas como correcciones y, por ende, representan oportunidades para armar o aumentar posiciones en los portfolios. A su vez, la caídas representan puntos de depuración, con inversores comprados que cierran posiciones.
Tomando como ejemplo la historia estadounidense, los ciclos bajistas tuvieron una duración promedio de 13 meses, mientras los alcistas se extendieron 23 meses.
“Si tomamos en cuenta el comportamiento del mercado luego de las recesiones ocurridas desde 1946, se puede advertir que las acciones de empresas de alta capitalización tuvieron en promedio un rendimiento del 11,4% a seis meses de finalizada la crisis, 19,1% luego de transcurrido un año y 48% a los tres años. Para empresas de baja capitalización, los valores son 20%, 34% y 74% respectivamente”, explica Gabriel Ruiz, CEO de RJ Delta Fund Management. En el caso de la Argentina, Ruiz cree que la debilidad del mercado pasa más por incertidumbres sobre el rumbo económico y, en ese sentido, el contexto internacional contribuye de manera asimétrica.
¿De qué depende?
El momento y la potencia de la recuperación está en función de dos factores principales: la situación financiera internacional y el panorama político interno. En algunos activos, es más influyente el panorama externo (acciones, sobre todo) mientras que en otros hay mayor dependencia de la cuestión doméstica (bonos soberanos, principalmente). Dependiendo de cómo evolucionen estas situaciones se puede prever diferentes escenarios.
Las mayores expectativas en ese sentido están puestas en una mejora de la situación internacional. En cambio, en el mercado local todavía existe una falta de confianza entre los inversores, que ansían que el gobierno imponga en la agenda dos aspectos importantes en el corto plazo: la culminación definitiva del conflicto del campo y recuperar la confianza del Indec y, por otro lado, comenzar a combatir la inflación. De hecho, la mayor parte de la suba del Merval depende de que se solucionen los problemas locales antes que los globales. De no mejorar el clima de negocios a través de la implementación de medidas concretas de política económica, no se vislumbra que desaparezca la crisis de expectativas.
“Por lo tanto, el panorama de la economía es incierto”, advierte Rodrigo Conde, asesor financiero de InvertirOnline. La evolución va a depender de las decisiones que se tomen en los próximos seis meses: si se decide combatir la inflación o se la continúa tapando. Otro factor a considerar será qué política se va a tomar con las tasas; y qué tipo de modelo económico se va a utilizar. “Hoy, teniendo en cuenta los precios, tenemos un tipo de cambio similar al de la convertibilidad”, sostiene Conde.
Aun con esta situación, y asumiendo que no habrá cambios significativos en el manejo de la política económica doméstica, hay sectores que tienen un alto potencial de rebote, por el solo efecto del cambio en el panorama internacional. Así, los analistas creen que tras la fuerte baja experimentada en el primer semestre, el Merval podría recuperarse con fuerza desde su actual nivel de 1.760 puntos hasta el entorno de 2.000 puntos (el nivel al que había llegado a comienzos de julio). El índice local lleva un año muy volátil, luego de haber iniciado en 2.150, haber caído a 1.900, luego tener una recuperación con un pico de 2.250 en mayo y luego otra caída.
Dentro del panorama accionario, algunas industrias tienen condiciones para recuperarse por encima del promedio. A continuación, los escenarios de upside según cada tipo de inversión, según la visión de los expertos.
Los bancos, con upside potencial de 25% en el corto plazo
“En el corto plazo, podemos esperar una recuperación en los bancos, luego de haber perdido casi el 50% de su valor desde principios de año”, anticipa Marcelo Elbaum, autor del libro “Hombre Rico, Hombre Pobre: al arte de incrementar la riqueza personal”. El que más le gusta es el Francés, porque tiene los mejores fundamentals, aunque el que está más atrasado es el Galicia, dado que es el que tiene mayor exposición a títulos públicos: un 25%. Por lo tanto, en un lapso no mayor a 30 días debería tener un upside de este 25%.
Conde opta por los papeles del Macro, que debería tener un buen recorrido a seis meses, dado que es la entidad con mayor liquidez, el menos expuesto a los títulos públicos del sistema financiero y es proveedor de crédito al consumo. Pero si la inflación no se controla y las tasas siguen altas, puede haber un desaceleramiento del consumo y de la producción, que impactaría directamente en el sector, que no se ha recompuesto de la crisis con el campo.
Todo dependerá de lo que suceda con el Indec, por cuanto se trata de un sector que posee estrecha relación con la evolución de bonos del gobierno y títulos del Central. Igualmente, la contracción del crédito y el alza que se observó en el costo de los pasivos debe afectar los márgenes financieros.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que Standard & Poor’s bajó la calificación a seis bancos por el estrecho vínculo entre la calidad crediticia del país y el sector financiero. Cuatro de estos seis bancos cotizan en Bolsa y son Banco Hipotecario, Banco Francés, Banco Patagonia y Banco Galicia. “Es indispensable un giro profundo de este gobierno, si no se producirá un deterioro progresivo hasta que se generen las condiciones necesarias”, alerta Leonardo Chialva, economista de Delphos Investment.
A su criterio, hoy es momento donde lo primordial es la preservación del capital hasta que el horizonte aclare, y habrá que esperar hasta el último trimestre del año para tomar posiciones arriesgadas, aprovechando las caídas de precios. Chialva es de los que prefieren montarse en una tendencia sostenida y definida, aunque sea unos días después, antes que correr el riesgo de agarrar un mercado en baja.
Pampa, la mejor en un complicado sector de servicios públicos
Las acciones energéticas difícilmente suban por el reciente ajuste de tarifas, dado que el mercado ya había descontado esta situación, y no es esperable en el corto plazo otro incremento. “Para que mejoren estos papeles deberíamos seguir viendo avances concretos en la problemática energética”, entiende Ruiz.
De todos modos, Pampa Energía se perfila a ser la gran empresa en el sector, ya que inauguró una planta que producirá energía que se va a vender a precio libre; además, sigue invirtiendo. Por lo tanto, este papel no es para nada despreciable, y más pensando en un horizonte de acá a un año. De todos modos, hay que tener en cuenta que gran parte del negocio depende de las tarifas controladas por el gobierno, y con la inflación de hoy en día, van a quedar desactualizadas rápidamente.
Siderar, por su parte, presentó un balance muy bueno y, a pesar de la última suba, es esperable que de acá a fin de año esté en valores por encima de los $ 30, no sólo por el buen desempeño que va a tener la empresa en el país, sino también por las inversiones en subsidiarias, que aportan buena parte de las ganancias. Pero la contra de Siderar es que las ventas son principalmente al mercado interno y, ante una desaceleración de la construcción o del sector automotor podría caer, aunque son escenarios no tan cercanos.
Otro papel que aparece como una opción más que interesante es Telecom, con un upside potencial del 25% una vez que se solucione el problema societario. Para Elbaum, “posee una estacionalidad positiva en ventas en los cuartos trimestres, donde suele registrar niveles máximos de llamadas y ventas de celulares por motivo de las fiestas”. Por otra parte, en términos de valuación ya está en un valor prácticamente del peor escenario, al estilo de lo que señala Ben Graham (el padre de la inversión de valor, cuyo discípulo más famoso es Warren Buffet): “Hay que valuar la empresa como si se fuera a liquidar todos los activos y pagar las deudas; a partir de ahí, habrá que ver si vale más o menos del precio de mercado”.
Otra compañía que ha tenido buena performance en los últimos meses, a pesar de la volatilidad del mercado, fue Mirgor, dedicada a proveer sistemas de climatización para la industria automotriz. En los próximos tres meses podría crecer un 10%, ya que provee de insumos al sector industrial que más ha crecido.
Por último, los papeles de Cresud y Molinos, a pesar de la solidez y el buen management, están sujetos a la política de comercio exterior del gobierno, al precio internacional de los alimentos y a la demanda externa. La dirección que tomen estas variables determinará que las acciones del sector sigan cayendo (como lo han hecho desde abril) o retomen el rumbo alcista de los últimos años. “No me posicionaría en estas acciones dada la política de control de precios en el mercado local y a las restricciones a exportar que enfrenta el sector”, alerta Yanina Zupnik, analista de Research de Provinfondos. Sin duda, las acciones menos atractivas para los próximos meses serían las de empresas ligadas al consumo interno, con pocas o nulas posibilidades de trasladar inflación de costos a precios; y aquellas con un alto nivel de apalancamiento.
Acciones ligadas al petróleo, una buena jugada
El principal motor que los analistas ven para una recuperación bursátil fuerte es el mercado internacional de materias primas, y particularmente del petróleo. El precio del petróleo podría duplicarse en los próximos años, al llegar a u$s 200 como consecuencia de la falta de inversiones en nuevos suministros y a la nacionalización de recursos.
“El petróleo frenó su fuerte recorte, por lo tanto es esperable que acciones como Tenaris y Petrobras Brasil tengan un repunte de acá a un mes, más que nada si el crudo continúa recortando parte de las pérdidas que tuvo”, entiende Conde. Tenaris es la más llamativa, dado que a pesar de que el tercer trimestre es el más complicado por cuestiones estacionales, presentó un balance en línea con lo esperado. Pero la contra es que sus costos siguen presionando, de manera que los márgenes son reducidos (aunque sea por el trimestre creciente), después es factible un traslado a precios; aunque cuenta con la ventaja de un alza por el tema del petróleo, al igual que Petrobras Brasil.
Los balances de Tenaris, Petrobras Brasil y Petrobras Participaciones y Energía del segundo trimestre del año fueron mejores a lo esperado. “La acción de Tenaris y de Petrobras Brasil puede caer hasta $ 72 en el corto plazo, para luego rebotar”, vaticina Yanina Zupnik, analista de Research de Provinfondos. En tanto, el papel de Petrobras Energía puede llegar a subir casi un 15% en pocos meses, como consecuencia del alza del precio del petróleo.
Los bonos, ligados al clima político: baratos pero con riesgo
El problema con los bonos soberanos no aparece tan afectado por la situación externa como por los problemas de la política doméstica: lo que más preocupa a los inversores son los problemas con el Indec, y la deuda que todavía está en default. Por lo tanto, para que los bonos suban en el exterior se deberían revertir estas dos situaciones. La baja en la calificación de Standard & Poor’s y de Moody’s no afecta a los bonos que cotizan actualmente -creen los analistas- dado que las calificadoras siempre van detrás de lo que pasa y no se anticipan a los problemas políticos de los países. Por lo pronto, los especialistas de la City optan por los bonos de corto plazo, tanto en pesos (ajustables por Badlar o CER) como en dólares. En el caso de los bonos en dólares, asumen una duration mayor que los bonos en pesos.
“Los bonos que están más subvaluados y recomiendo recomprar los de duration media: el Pre 9, el Pro 12, el Boden 14 y el Bogar 18, que tienen un precio menor a su nivel de equilibrio”, asegura Zupnik. Actualmente su TIR es muy superior a la que deberían tener y, en el mediano plazo, deberían recuperar el valor perdido en la primera mitad del año, que osciló entre un 10 y un 18%. Todos estos bonos ajustan por CER; en consecuencia, un sinceramiento de la inflación, una mayor solvencia fiscal o acordar con los acreedores externos ayudaría a que los bonos recuperen el valor perdido de los últimos meses.
Si bien muchos bonos ya recuperaron parte de los valores que tenían, todavía no es claro qué parte se debe a las compras del Banco Central y de los bancos públicos, y qué parte se debe en realidad a que se retomó la confianza en la capacidad de pago del gobierno. De todas formas, existen esperanzas de algún repunte en los bonos ajustados por CER, como el PR13, PARP, RS14, PR11 y PR12.
Claro que para que esto suceda debería haber señales contundentes respecto del sinceramiento en el índice inflacionario, pues los títulos públicos están sostenidos por bancos públicos y el BCRA; por lo que el ajuste de precios va a depender del sinceramiento de la inflación que se haga. En este sentido, el recorte de calificación por parte de Standard & Poor’s muestra una señal del ánimo de los inversores internacionales. Por lo tanto, no es esperable que continúe el alza de los precios de los títulos de renta fija, dado que la política del gobierno de la recompra de bonos no debería continuar.
“De acá a fin de año se podría ganar un 20% con los bonos, lo que daría un rendimiento del 60% anual. El discount en dólares, por ejemplo, podría subir un 14%. Pero de salir las cosas mal las caídas pueden ser fuertes, en más del 50%, porque estaríamos hablando de la reestructuración de deudas”, entiende Elbaum.
El especialista evitaría los títulos en pesos por la probable minidevaluación del peso argentino. Desde su óptica, cómo mínimo el dólar debería volver a valores anteriores al primer trimestre, cuando cotizaba a $ 3,20, pero estuna qye para ganar competitividad lo podrían querer llevar a $ 3,35 o $ 3,40. Este escenario se vislumbra para principios del año que viene y dependerá de que la inflación se modere en niveles del 18% anual.
En la actualidad, la curva está invertida porque se percibe riesgo de default y, en dicho caso, los bonos que no se pagarían son los cortos. En términos de spreads, deberían subir más que los largos, pero como estos últimos tienen mayor duration son los que más se beneficiarían. La TIR de los cortos debería bajar más que la de los largos para que la curva de rendimientos vuelva a tener pendiente positiva, pero de precio suben menos porque tienen menor duration. Esto está reflejando las altas chances de reestructuración, que acorde al CDS de cinco años, está casi en un 50%. CDS son las iniciales de Crédito Default Swap: el seguro que se compra por si el país hace default de la deuda. Es una medida de riesgo país, que hoy está en 800 puntos básicos.