viernes, agosto 08, 2008

Crece la desconfianza inversora y se dispara otra vez el riesgo país

Llega a 700 o 1000 puntos, según la medición; rumores sobre una baja en la calificación. Otra fuerte caída de los bonos argentinos

El mercado financiero local está reviviendo viejos tiempos. Los comentarios sobre indicadores como el riesgo país o los rumores sobre nuevas reprobaciones en el boletín de calificaciones que las agencias evaluadoras le asignan al país al juzgar su condición crediticia parecen demostrar lo que el propio Gobierno admitió de facto, al convalidar una tasa del 15% anual en dólares en la venta "a domicilio" de un bono a Venezuela: que su reputación como deudor vuelve a estar en tela de juicio.
Lo curioso, para los menos advertidos, es que la nueva ola de desconfianza hacia la Argentina la muestra con índices propios de un país al que se lo evalúa con serio riesgo de repetir problemas de pago, a poco más de 3 años de haber concluido una millonaria reestructuración de su deuda que parecía despejarle el camino en la materia por largo tiempo, y pocas horas después de haber honrado el mayor pago financiero del año, al cancelar más de US$ 2300 millones por la cuota del bono con el que se compensó a los ahorristas por el "corralón".
La jornada financiera de ayer fue reveladora al respecto. La tasa de riesgo país se disparó hasta los 684 puntos (subió unos 50 puntos en apenas dos días), en la medición que realiza el banco JP Morgan y considera sólo la deuda emitida en dólares y bajo legislación extranjera. Pero superó los 1000 puntos (llegó a 1068) en el cómputo que realiza la consultora local Ecolatina, un cálculo más abarcativo ya que también incluye la deuda que el país emitió en pesos y cuyo pago honra. El de ayer fue el mayor valor desde enero de 2004, cuando aún faltaba un año para que la Argentina diera fin a su canje de la deuda.
El fuerte salto en este sensible indicador (subió 47 puntos la medición de JP Morgan y 95 la de Ecolatina) se produjo al cabo de una jornada en la que una ola de ventas elevó hasta los $ 2100 millones el monto de operaciones con bonos cursadas en el país (la Bolsa y el Mercado Abierto Electrónico) y provocó bajas de hasta 5,8% en algunos de ellos; así, volvieron a precios de "liquidación".
El repaso de los precios es elocuente. El Discount en pesos, bono referente del mercado, se desplomó 5,04%; el Par en igual moneda (también surgido del último canje) derrapó 5,8%, y el Bonar V, un bono en dólares que vence en apenas 4 años, perdió 3,65%, por citar algunos casos.
Los analistas explican que esta reacción del mercado responde a un cúmulo de factores, entre los que destacan la justificación de las polémicas mediciones inflacionarias que la presidenta Cristina Kirchner realizó el fin de semana (y que inciden en la valorización de los bonos que ajustan su capital por inflación) y una dinámica de aumento en el gasto público, que, en momentos en que el calendario de pagos del Tesoro comienza a engrosarse, hace que los inversores vuelvan a dudar sobre la capacidad de pago de la Argentina.

Baja en los granos
A esto hay que agregar las fuertes bajas que mostraron en las últimas jornadas los precios de los principales granos que el país exporta (promedia el 25% en el caso de la soja), en momentos en que más del 80% del superávit fiscal se explica por el ingreso de las retenciones (alícuotas a las exportaciones). Y un rumor que señala que la agencia Standard & Poor s podría estar analizando recortar la calificación B+ asignada a la deuda soberana.
"Los inversores empiezan a fijarse en la peligrosa progresión de la caja en momentos en que se intensifican las señales de desaceleración de la economía", dijo Guillermo Curutchet, analista de Sudamericana de Finanzas, a la agencia Reuters, al explicar las fuertes bajas que mostraron los bonos en los últimos días.
Curutchet aludió así a los números que se proyectan para el año próximo. Ocurre que, según cálculos privados, el Gobierno deberá reunir US$ 20.200 millones sólo para pagar amortizaciones, recompras e intereses de la deuda.
Para otros operadores, la corrida contra los bonos argentinos se realimentó porque Venezuela comenzó a desprenderse de algunos de esos títulos, básicamente del Boden 2015, pese a que el presidente Hugo Chávez había dicho esta semana aquí que "valen oro". "Hay ventas generalizadas, aparentemente por descargas de Venezuela. Después se van arbitrando las tasas y se arma una venta en cascada sin discriminación", describió un operador. "Estamos ante una suerte de bola de nieve. A la mala predisposición que ya existía hacia la Argentina sumale que el Gobierno ratificó su decisión de subdeclarar los datos de inflación, y agregá las señales de fragilidad fiscal que se multiplican en el horizonte", coincidió Rodrigo Alvarez, economista de
Ecolatina.

Fuente: http://www.lanacion.com

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