Graham Dallas (LSE): "Hay mucho interés por los activos de América latina"
Representantes de la Bolsa de Londres (LSE) explicaron en Buenos Aires las opciones que tienen empresas locales para cotizar en la capital británica. Anticiparon que el interés por participar en compañías argentinas se sostiene a pesar de la coyuntura local.
La Bolsa de Londres, el London Stock Exchange (LSE) no se anduvo con rodeos. Llamó y casi todos vinieron. 240 asistentes colmaron el Salon Posadas del lujoso hotel Duhau Park Hyatt para no perderse lo que Graham Dallas, responsable del departamento de desarrollo para las Américas de la LSE venía a proponerles: nada menos que llevar a las empresas argentinas a cotizar en Londres. Presentes estaban varios referentes de los sectores de minería, petróleo, pero también vitivinicultura o el agro. Según la propia LSE, las razones no podrían ser más obvias. En los últimos dos años, la plaza logró atraer a más de 202 empresas internacionales que, juntas, recaudaron US$ 60.000 millones. Hoy, cerca de 700 empresas de todo el mundo –entre ellas 31 de América latina que incluyen a ocho argentinas- están listadas en la capital británica. La plaza cuenta así con una capitalización de mercado de US$ 4,5 billones.Para varios expertos tales cifras reflejan el buen trabajo de marketing que logró hacer la plaza en los últimos años. Para otros, resaltan la capacidad de saber aprovechar el momento para posicionarse como alternativa bursátil después de que los escándalos de Enron y Worldcom obligaran a las autoridades estadounidenses a reforzar los mecanismos de control financiero, entre cuyas normas más conocidas figura la ley Sarbanes-Oxley. Pero, más allá de las dudas, el alto interés que generó la presentación en Buenos Aires indica que también para muchos empresarios locales tener un pie en el parqué inglés es más que un simple deseo.
¿Le sorprendió tal interés de parte de los empresarios locales?Cuando la gente empezó a registrarse, sí, un poco me sorprendió. En otros eventos de promoción, por ejemplo en San Pablo y Lima, que hicimos en febrero, no hubo tanta gente como aquí. En San Pablo tuvimos un poco menos de 200 personas y en Perú fueron 130. Por eso, la visita a la Argentina marcó un record.El mercado de capital local viene en baja desde hace algunos años. En los últimos años cayó del tercer puesto hasta estar más cerca del quinto que del cuarto. También por eso, el gran interés que ustedes generaron sorprende. Más aún si se considera el momento de crisis que se vive en el mundo, en general, y en el país, en particular.
¿Por qué una empresa local pueda tener más interés en cotizar afuera que en el mercado local? Creo que hay varias razones. Por un lado no se puede negar que las compañías argentinas sufren de la escasez de capital a nivel local. Por eso estarán buscando nuevas fuentes de capitalización. Porque, cualquiera que haya sido la antigua forma que tuvieron para proveerse de capital, claramente no alcanzó. Hay una gran cantidad de empresas que tendrían excelentes perspectivas de crecimiento si tuvieran acceso al capital que precisan, más fácil, más rápido o de una forma menos costosa.No quiero decir con eso que el mercado de capitales local no funciona. Lo que creo que pasa es que nosotros, los oferentes del mercado de capitales internacionales, tendemos a cubrir los huecos que se generan entre la comunidad empresarial financiera. Por eso, en algunos casos, una cotización en un mercado internacional puede tener más sentido que apostar por una local.
¿En qué casos?En estos momentos el mejor ejemplo es el de Recursos Naturales. Hoy, éste y a nivel internacional está que arde (ríe). Muchos inversores internacionales tratan de ingresar a sectores como minería o el agro. Aquí, la Argentina lo tendría todo para ofrecer. No sólo los recursos físicos, como tierra, espacio y agua, sino que también agrotecnología, además de mucha expertise en gestión.
¿En cuánto los inversores internacionales se acercan a ustedes para pedir información sobre empresas y sectores argentinos?Tenemos bastante interés desde hace dos años. Antes, la LSE no estaba presente ni hacía ningún tipo de promoción sobre su mercado en América latina. Pero desde 2006 comenzamos a tener muchos llamados y pedidos de información sobre posibilidades para invertir en mercados como la Argentina, pero también Chile, Brasil, Perú. Y ahí quedó claro que el paradigma de inversión cambió. El mercado ya no miraba sólo al mercado de Nueva York. Eso se potenció cuando la brasileña Vale do Rio compró Inco, la entonces segunda minera del mundo. Esto mostraba que empresas de mercados emergentes tenían la capacidad para hacerse presente en mercados desarrollados. Con esa compra, se multiplicaron las solicitudes de interesados que provenían de toda la comunidad internacional. Directamente nos decían “queremos poder tener acceso a activos latinoamericanos.
¿Qué podemos hacer?”¿Qué impresión se lleva de las preguntas que recibió tras su presentación aquí en Buenos Aires? ¿En qué se concentra el interés de las empresas?Más que nada fueron preguntas técnicas. Ya no era, “cotizar en Londres, ¿es bueno para mí?”. Era más bien: “¿cómo puedo hacer y qué debo hacer?”.
¿De qué sectores provenían las empresas que hoy se mostraron más interesadas?A simple vista no le podría decir porque nos los conozco demasiado. (Nota de redacción: según comentará luego Alejandro Dillon, managing partner de Columbus Merchant Banking, empresa que organiza y representa a la LSE en su actividad en Buenos Aires, los sectores fueron tecnología, recursos humanos, agrobusiness, vinos y real estate).
¿Qué condiciones debe cumplir una compañía local para poder cotizar en la LSE?Depende en que índice quiere figurar. Tenemos dos, el mercado principal, el main market, y el que llamamos junior o AIM. En el main market, la compañía debe poder presentar una historia financiera de por lo menos tres años. El free float (Nota de Redacción: el capital flotante: la parte del capital social de una empresa o sociedad que cotiza libremente en bolsa) debe representar un mínimo de 25 pro ciento de su capital. Y debe nombrar un sponsor. Por su parte, en el mercado junior, el AIM, los requerimientos ya no son tan rígidos. No hay cupos mínimos para el free float, la capitalización de mercado, historia financiera o el balance. El AIM está diseñado para empresas jóvenes. Aquí el principal requerimiento es que la empresa tenga un asesor, que puede ser una empresa especializada en finanzas corporativas, que fue autorizada y responde a las regulaciones de la LSE.O sea, tenemos una variedad de maneras para poder acceder al mercado. Una de las fortalezas de Londres fue, en los últimos años, la gran oferta de instrumentos y de servicios en la competencia con Nueva York.
¿Cuál es el promedio en términos de capitalización para una empresa que cotiza en el AIM?Los promedios siempre son peligrosos. Pero no es equivocado decir que el tamaño medio en capitalización es de US$ 100 millones. En este segmento, sólo el año pasado las compañías lograron reunir fondos por un valor de US$ 30.000 millones. No todas por IPOs (oferta pública inicial de ventas), obviamente, sino por vía de diferente tipo de instrumentos.
¿Qué sectores fueron los más exitosos?El de real estate, gas, minería, pero también tecnología y servicios financieros.
¿Cómo evalúa el desarrollo de la última compañía argentina que salió a bolsa en Londres, el Grupo Clarín, que lo hizo en octubre de 2007? Últimamente no parece haber tenido tanta suerte.Efectivamente, el precio está hoy por debajo del que tuvieron cuando hicieron la IPO. Pero también hay que recordar que todo el mercado está en un nivel mucho más bajo que entonces. Pero lo bueno que se debe destacar aquí es que de los US$ 520 millones que lograron reunir en su salida a bolsa, el 80 por ciento provenía del exterior de la Argentina y les permitió alcanzar a la comunidad de inversión internacional de una manera muy eficiente. Tampoco es nada fácil para la administración de una bolsa opinar sobre la cotización de una empresa listada, más aún cuando –como en nuestro caso- la cotización propia está aún más baja (ríe).
¿Cómo es el proceso de cotización para una empresa que querría entrar? ¿Qué debe hacer para poder acceder a la plaza? Si lo quiere hacer en el main market, generará una gran participación de parte de un ente regulador del Gobierno, que es la Autoridad de Cotización del Reino Unido. Esta cumple la misma función que la SEC (Securities and Exchange Comisión) en los Estados Unidos. En el proceso se estudian todos los aspectos legales y de contabilidad de la inclusión en el mercado de la nueva empresa. Una vez que la firma fue auditada y controlada, se conforma un prospecto, un informe, en la que participan todos los participantes del proceso de auditoría y que es luego elevado a la autoridad de control. Una vez que esta lo aprueba, la empresa puede empezar a salir a presentarse ante los inversores, especialmente ante los institucionales.
En tiempos, ¿cuánto se tarda? Como le decía, promedios son algo muy relativo. Pero creo que se puede decir que, para una empresa que quiera entrar en el main market, el tiempo es de entre cuatro a seis meses. Para ingresar al junior market, puede ser más rápido. Aquí, el que el rol regulador no lo cumple la autoridad de cotización sino que el asesor de emisión, que le mencioné antes. Este es directamente responsable a las autoridades de la bolsa que fija un compromiso de objetivos en términos de capitalización de la empresa en cuestión. Así se logra un camino más corto para las empresas más chicas.
¿Cuánto le pueda costar a una empresa querer cotizar ante la LSE?Hay dos elementos que entran en juego cuando de costos se trata: un factor fijo y uno variable, que se compone de las comisiones para los agentes aseguradores. Si hablamos del junior market, el costo en total puede rondar un 10 por ciento del capital reunido en la salida a bolsa. Si esta cantidad es menor, la parte fija del costo será más alta. Para el main market, en cambio, los porcentajes fijos suelen ser menores ya que la capitalización suele ser mayor. Madrid introdujo el Latibex hace unos años para que inversores europeos puedan comercializar acciones de empresas iberoamericanas. No le fue tan bien como quisieron.
¿En cuánto ustedes esperan poder tener más suerte? Yo diría que hasta ahora nos fue muy bien. Tuvimos muchos éxito tanto en varios de los mercados emergentes. La razón es simple: no vendemos América latina. Lo que vendemos es el beneficio que conlleva estar listado en una plaza como Londres. Y eso funcionó, hasta ahora, para empresas de China, India, Rusia o América latina. La proposición de valor es estar en Londres. No es un instrumento que mira hacia América latina. Londres es una plataforma, un vidriera desde y en la cual las empresas de todo el mundo pueden encontrar su lugar entre sus pares más exitosos. Un ejemplo es el sector de minería. Si usted fuera una empresa de ese sector, terminará hoy mirando siempre hacia Londres: aquí están todas las empresas más importantes del sector representadas, se reúnen los analistas, los consultores, la empresa financiera. Para decirlo más claro, lo que hacemos en Londres es ofrecerles a las empresas de América latina una plataforma para salir al mundo.
¿Cuál es el ratio de empresas que llegan a la LSE? Sólo en el último mes tuvimos los listings de: un desarrollador de real estate, de Egipto, una minera de México, un fondo de inversión, de Kuwait, un productor industrial, de Ucrania, una minera de carbón, de la República Checa.
¿Cómo evalúa el actual entorno financiero internacional? No parece ser muy promisorio para que una empresa quiera salir a bolsa, mucho menos en un mercado tan competittivo como el de Londres.No cabe duda: el mercado está dificil. Pero, al mismo tiempo, el mercado está abierto para las trasnacciones indicadas. Por ejemplo, los meses de abril y mayo fueron tiempos de mucho trabajo para nosotros. ¿Que pasará? No lo sé. Podría contarle y venderle muchas teorías, que suenan bien. Pero, la verdad es que no lo sé. Lo que sí creo es que los problemas que aparecieron en el mercado de deuda, sólo aumentan el atractivo que genera el mercado de acciones. Por el otro lado, no se olvide que salir a bolsa no es una trasnacción más. Es un paso que definirá un antes y un después en la historia de su empresa. Por lo tanto, es una decisión estratégica y de largo plazo. Baches o problemas coyunturales no son algo que deberían pesar demasiado a la hora de decidirse a hacerlo o no.
Fuente: http://www.apertura.com
La Bolsa de Londres, el London Stock Exchange (LSE) no se anduvo con rodeos. Llamó y casi todos vinieron. 240 asistentes colmaron el Salon Posadas del lujoso hotel Duhau Park Hyatt para no perderse lo que Graham Dallas, responsable del departamento de desarrollo para las Américas de la LSE venía a proponerles: nada menos que llevar a las empresas argentinas a cotizar en Londres. Presentes estaban varios referentes de los sectores de minería, petróleo, pero también vitivinicultura o el agro. Según la propia LSE, las razones no podrían ser más obvias. En los últimos dos años, la plaza logró atraer a más de 202 empresas internacionales que, juntas, recaudaron US$ 60.000 millones. Hoy, cerca de 700 empresas de todo el mundo –entre ellas 31 de América latina que incluyen a ocho argentinas- están listadas en la capital británica. La plaza cuenta así con una capitalización de mercado de US$ 4,5 billones.Para varios expertos tales cifras reflejan el buen trabajo de marketing que logró hacer la plaza en los últimos años. Para otros, resaltan la capacidad de saber aprovechar el momento para posicionarse como alternativa bursátil después de que los escándalos de Enron y Worldcom obligaran a las autoridades estadounidenses a reforzar los mecanismos de control financiero, entre cuyas normas más conocidas figura la ley Sarbanes-Oxley. Pero, más allá de las dudas, el alto interés que generó la presentación en Buenos Aires indica que también para muchos empresarios locales tener un pie en el parqué inglés es más que un simple deseo.
¿Le sorprendió tal interés de parte de los empresarios locales?Cuando la gente empezó a registrarse, sí, un poco me sorprendió. En otros eventos de promoción, por ejemplo en San Pablo y Lima, que hicimos en febrero, no hubo tanta gente como aquí. En San Pablo tuvimos un poco menos de 200 personas y en Perú fueron 130. Por eso, la visita a la Argentina marcó un record.El mercado de capital local viene en baja desde hace algunos años. En los últimos años cayó del tercer puesto hasta estar más cerca del quinto que del cuarto. También por eso, el gran interés que ustedes generaron sorprende. Más aún si se considera el momento de crisis que se vive en el mundo, en general, y en el país, en particular.
¿Por qué una empresa local pueda tener más interés en cotizar afuera que en el mercado local? Creo que hay varias razones. Por un lado no se puede negar que las compañías argentinas sufren de la escasez de capital a nivel local. Por eso estarán buscando nuevas fuentes de capitalización. Porque, cualquiera que haya sido la antigua forma que tuvieron para proveerse de capital, claramente no alcanzó. Hay una gran cantidad de empresas que tendrían excelentes perspectivas de crecimiento si tuvieran acceso al capital que precisan, más fácil, más rápido o de una forma menos costosa.No quiero decir con eso que el mercado de capitales local no funciona. Lo que creo que pasa es que nosotros, los oferentes del mercado de capitales internacionales, tendemos a cubrir los huecos que se generan entre la comunidad empresarial financiera. Por eso, en algunos casos, una cotización en un mercado internacional puede tener más sentido que apostar por una local.
¿En qué casos?En estos momentos el mejor ejemplo es el de Recursos Naturales. Hoy, éste y a nivel internacional está que arde (ríe). Muchos inversores internacionales tratan de ingresar a sectores como minería o el agro. Aquí, la Argentina lo tendría todo para ofrecer. No sólo los recursos físicos, como tierra, espacio y agua, sino que también agrotecnología, además de mucha expertise en gestión.
¿En cuánto los inversores internacionales se acercan a ustedes para pedir información sobre empresas y sectores argentinos?Tenemos bastante interés desde hace dos años. Antes, la LSE no estaba presente ni hacía ningún tipo de promoción sobre su mercado en América latina. Pero desde 2006 comenzamos a tener muchos llamados y pedidos de información sobre posibilidades para invertir en mercados como la Argentina, pero también Chile, Brasil, Perú. Y ahí quedó claro que el paradigma de inversión cambió. El mercado ya no miraba sólo al mercado de Nueva York. Eso se potenció cuando la brasileña Vale do Rio compró Inco, la entonces segunda minera del mundo. Esto mostraba que empresas de mercados emergentes tenían la capacidad para hacerse presente en mercados desarrollados. Con esa compra, se multiplicaron las solicitudes de interesados que provenían de toda la comunidad internacional. Directamente nos decían “queremos poder tener acceso a activos latinoamericanos.
¿Qué podemos hacer?”¿Qué impresión se lleva de las preguntas que recibió tras su presentación aquí en Buenos Aires? ¿En qué se concentra el interés de las empresas?Más que nada fueron preguntas técnicas. Ya no era, “cotizar en Londres, ¿es bueno para mí?”. Era más bien: “¿cómo puedo hacer y qué debo hacer?”.
¿De qué sectores provenían las empresas que hoy se mostraron más interesadas?A simple vista no le podría decir porque nos los conozco demasiado. (Nota de redacción: según comentará luego Alejandro Dillon, managing partner de Columbus Merchant Banking, empresa que organiza y representa a la LSE en su actividad en Buenos Aires, los sectores fueron tecnología, recursos humanos, agrobusiness, vinos y real estate).
¿Qué condiciones debe cumplir una compañía local para poder cotizar en la LSE?Depende en que índice quiere figurar. Tenemos dos, el mercado principal, el main market, y el que llamamos junior o AIM. En el main market, la compañía debe poder presentar una historia financiera de por lo menos tres años. El free float (Nota de Redacción: el capital flotante: la parte del capital social de una empresa o sociedad que cotiza libremente en bolsa) debe representar un mínimo de 25 pro ciento de su capital. Y debe nombrar un sponsor. Por su parte, en el mercado junior, el AIM, los requerimientos ya no son tan rígidos. No hay cupos mínimos para el free float, la capitalización de mercado, historia financiera o el balance. El AIM está diseñado para empresas jóvenes. Aquí el principal requerimiento es que la empresa tenga un asesor, que puede ser una empresa especializada en finanzas corporativas, que fue autorizada y responde a las regulaciones de la LSE.O sea, tenemos una variedad de maneras para poder acceder al mercado. Una de las fortalezas de Londres fue, en los últimos años, la gran oferta de instrumentos y de servicios en la competencia con Nueva York.
¿Cuál es el promedio en términos de capitalización para una empresa que cotiza en el AIM?Los promedios siempre son peligrosos. Pero no es equivocado decir que el tamaño medio en capitalización es de US$ 100 millones. En este segmento, sólo el año pasado las compañías lograron reunir fondos por un valor de US$ 30.000 millones. No todas por IPOs (oferta pública inicial de ventas), obviamente, sino por vía de diferente tipo de instrumentos.
¿Qué sectores fueron los más exitosos?El de real estate, gas, minería, pero también tecnología y servicios financieros.
¿Cómo evalúa el desarrollo de la última compañía argentina que salió a bolsa en Londres, el Grupo Clarín, que lo hizo en octubre de 2007? Últimamente no parece haber tenido tanta suerte.Efectivamente, el precio está hoy por debajo del que tuvieron cuando hicieron la IPO. Pero también hay que recordar que todo el mercado está en un nivel mucho más bajo que entonces. Pero lo bueno que se debe destacar aquí es que de los US$ 520 millones que lograron reunir en su salida a bolsa, el 80 por ciento provenía del exterior de la Argentina y les permitió alcanzar a la comunidad de inversión internacional de una manera muy eficiente. Tampoco es nada fácil para la administración de una bolsa opinar sobre la cotización de una empresa listada, más aún cuando –como en nuestro caso- la cotización propia está aún más baja (ríe).
¿Cómo es el proceso de cotización para una empresa que querría entrar? ¿Qué debe hacer para poder acceder a la plaza? Si lo quiere hacer en el main market, generará una gran participación de parte de un ente regulador del Gobierno, que es la Autoridad de Cotización del Reino Unido. Esta cumple la misma función que la SEC (Securities and Exchange Comisión) en los Estados Unidos. En el proceso se estudian todos los aspectos legales y de contabilidad de la inclusión en el mercado de la nueva empresa. Una vez que la firma fue auditada y controlada, se conforma un prospecto, un informe, en la que participan todos los participantes del proceso de auditoría y que es luego elevado a la autoridad de control. Una vez que esta lo aprueba, la empresa puede empezar a salir a presentarse ante los inversores, especialmente ante los institucionales.
En tiempos, ¿cuánto se tarda? Como le decía, promedios son algo muy relativo. Pero creo que se puede decir que, para una empresa que quiera entrar en el main market, el tiempo es de entre cuatro a seis meses. Para ingresar al junior market, puede ser más rápido. Aquí, el que el rol regulador no lo cumple la autoridad de cotización sino que el asesor de emisión, que le mencioné antes. Este es directamente responsable a las autoridades de la bolsa que fija un compromiso de objetivos en términos de capitalización de la empresa en cuestión. Así se logra un camino más corto para las empresas más chicas.
¿Cuánto le pueda costar a una empresa querer cotizar ante la LSE?Hay dos elementos que entran en juego cuando de costos se trata: un factor fijo y uno variable, que se compone de las comisiones para los agentes aseguradores. Si hablamos del junior market, el costo en total puede rondar un 10 por ciento del capital reunido en la salida a bolsa. Si esta cantidad es menor, la parte fija del costo será más alta. Para el main market, en cambio, los porcentajes fijos suelen ser menores ya que la capitalización suele ser mayor. Madrid introdujo el Latibex hace unos años para que inversores europeos puedan comercializar acciones de empresas iberoamericanas. No le fue tan bien como quisieron.
¿En cuánto ustedes esperan poder tener más suerte? Yo diría que hasta ahora nos fue muy bien. Tuvimos muchos éxito tanto en varios de los mercados emergentes. La razón es simple: no vendemos América latina. Lo que vendemos es el beneficio que conlleva estar listado en una plaza como Londres. Y eso funcionó, hasta ahora, para empresas de China, India, Rusia o América latina. La proposición de valor es estar en Londres. No es un instrumento que mira hacia América latina. Londres es una plataforma, un vidriera desde y en la cual las empresas de todo el mundo pueden encontrar su lugar entre sus pares más exitosos. Un ejemplo es el sector de minería. Si usted fuera una empresa de ese sector, terminará hoy mirando siempre hacia Londres: aquí están todas las empresas más importantes del sector representadas, se reúnen los analistas, los consultores, la empresa financiera. Para decirlo más claro, lo que hacemos en Londres es ofrecerles a las empresas de América latina una plataforma para salir al mundo.
¿Cuál es el ratio de empresas que llegan a la LSE? Sólo en el último mes tuvimos los listings de: un desarrollador de real estate, de Egipto, una minera de México, un fondo de inversión, de Kuwait, un productor industrial, de Ucrania, una minera de carbón, de la República Checa.
¿Cómo evalúa el actual entorno financiero internacional? No parece ser muy promisorio para que una empresa quiera salir a bolsa, mucho menos en un mercado tan competittivo como el de Londres.No cabe duda: el mercado está dificil. Pero, al mismo tiempo, el mercado está abierto para las trasnacciones indicadas. Por ejemplo, los meses de abril y mayo fueron tiempos de mucho trabajo para nosotros. ¿Que pasará? No lo sé. Podría contarle y venderle muchas teorías, que suenan bien. Pero, la verdad es que no lo sé. Lo que sí creo es que los problemas que aparecieron en el mercado de deuda, sólo aumentan el atractivo que genera el mercado de acciones. Por el otro lado, no se olvide que salir a bolsa no es una trasnacción más. Es un paso que definirá un antes y un después en la historia de su empresa. Por lo tanto, es una decisión estratégica y de largo plazo. Baches o problemas coyunturales no son algo que deberían pesar demasiado a la hora de decidirse a hacerlo o no.
Fuente: http://www.apertura.com
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