Leasing, la nueva opción para el financiamiento
"Trenes, camiones y tractores...", repite el estribillo. Y algún experto en marketing puede proponerle al grupo Arbol utilizar el tema como música de fondo para un comercial sobre el alquiler con opción a compra o, simplemente y como se lo conoce, leasing.
Claro que también tendría que agregar autos, computadoras, motoniveladoras, cosechadoras, barcos, software y grúas, para citar apenas una parte de los productos susceptibles de un "contrato" del instrumento financiero que "se está consolidando como herramienta alternativa de financiamiento bancario para las Pymes", como asegura el Banco Central.
Forma parte, junto a los fideicomisos, de las nuevas "estrellas" del firmamento financiero local. Vino a ocupar el lugar del actualmente escaso crédito bancario tradicional a mediano y largo plazo y, en cierto modo y para muchos casos, también reemplazó a los préstamos prendarios.
En términos de "tasa de interés", es un poco más "caro" que un crédito tradicional, pero tiene ventajas impositivas, financieras y contables que hacen necesario sacarle mucha punta al lápiz para encontrar diferencias sustanciales.
Y, por sobre todas las cosas, está disponible para quién lo necesite, sobre todo las medianas dentro de las Pymes.Por eso, quizás, los contratos de leasing pasaron de "escasos" 250 millones de pesos en 2003, a los actuales 1.700 millones "netos" (es decir, contando los pagos y cancelaciones) registrados en mayo.
En los primeros cinco meses del año, el dinero canalizado vía leasing creció un 26%, y la mayoría de los operadores del producto estima un piso de crecimiento para todo el año de entre un 30% y un 40%.Un dato que releva el "target" ideal para este instrumento es el monto de los contratos de leasing: el 27% es por operaciones menores al millón de pesos y el 48% se ubica entre uno y cinco millones.
Regulado por la ley 24.441 y reglamentado actualmente por el decreto 1352, la estructura y funcionamiento del leasing es simple: si una empresa (tomador) necesita algún bien en particular se dirige a un banco o empresa especializada en el sistema (dador) y le pide que le compre "en leasing" ese producto.
A cambio, le pagará al dador un canon (alquiler, por llamarlo de alguna manera) que incluye capital e intereses.
Al termino del contrato, cuya duración varía según el tipo de bien de qué se trate (y que está fijado en el decreto reglamentario), el tomador podrá quedarse de manera definitiva con ese artículo pagando lo que se conoce como "valor residual" o bien devolverlo al dador y pedir otro nuevo en su lugar. Y de vuelta a empezar.
En menos palabras: el dador compra un bien a pedido del tomador y se lo alquila. Cuando termina el contrato, éste último puede quedarse con la propiedad del bien o reintegrarlo sin costo.
Contrato seguro
Claro que las entidades que lo otorgan toman sus recaudos, pero la empresa que lo pide debe tener muy malos antecedentes como para no recibirlo debido a las características del contrario. "La ley de leasing es un modelo sobre legislación. Tanto en el aspecto legal como financiero y tributario", sostiene Pablo Muñoz, gerente del área de Finanzas Corporativas de la consultora Deloitte. Y explica: "Para el que lo otorga, es seguro porque es una herramienta de ejecución muy buena, mejor que la prenda; y el que lo recibe tiene beneficios contables e impositivos sin garantías ni trámites engorrosos y, además, puede financiar el total del bien que necesita".
Reconoce que el instrumento sirve más para las empresas que para las personas, ya que éstas no tendrían los beneficios impositivos, y que se deberían resolver algunos problemas, "como en las jurisdicciones donde se cobra ingresos brutos sobre el canon".
Pero también sostiene que "como las pymes no tienen créditos tradicionales a 60 meses, el leasing tiene mucho para crecer".Para Fernando Jorge, responsable de leasing del Banco Rio y, desde hace poco, titular de la cámara que agrupa a los "dadores" de contratos, el mecanismo "es estratégico".
Sostiene que es "la herramienta por excelencia para financiar los bienes de capital de las pymes"y pone como ejemplo al Rio: "el 90% de nuestro leasing es para pymes". Dice que en 2005 la entidad firmó contratos por 170 millones de pesos y este año esperan "crecer entre un 40% y un 50%", ya que "nosotros hacemos una fuerte apuesta por las pymes, ofrecemos condiciones fijas en pesos y un gran asesoramiento.
Esto significa que la empresa sabe cuánto le cuesta, lo que le permite planificar y disminuir el nivel de incertidumbre".Juan Carlos Duplaá, gerente de Producto Mayorista del Banco Galicia, exhibe con orgullo los 233 millones de pesos en leasing de la entidad. Y resume los beneficios de manera gráfica: "El cliente busca un proveedor y negocia un precio de contado. Nosotros vamos, lo compramos y se lo alquilamos a cambio de un canon que puede ser mensual, trimestral o anual, según el giro de los negocios".
Asegura que la entidad realiza operaciones de importación y que además de financiar el precio del producto, "incorporamos el pago de los seguros y del flete y todos los trámites administrativos". Reitera las ventajas del leasing en cuestiones impositivas y contables y termina con una afirmación contundente: "Sólo con el leasing podemos financiar una planta de silos a 121 meses de plazo".
Para todos los usos"Es lo que más se recomienda para las pymes. No hay crédito a largo plazo y el leasing es lo más accesible para las empresas que no quieran o no pueden ofrecer garantías reales", aporta a su turno Sergio Calderón, titular de The Capita Corporation, una empresa dedicada solamente a leasing.
Asegura que en la empresa ya realizaron contratos por 90 millones de pesos, un 50% por encima de lo registrado el año pasado, y que piensan cerrar diciembre con contratos por unos 200 millones. "Tres de cuatro clientes nuestros son pymes, ya que las grandes recién ahora están invirtiendo, pero una apenas una parte de lo que invertían antes".
Calderon destaca la experiencia de su compañía en lo que se conoce como "leasing operativo" y señala que es una buena alternativa para los bienes tecnológicos. "Hay una tendencia cada vez mayor a tener, por ejemplo, las centrales telefónicas por leasing, o el software de las aplicaciones e incluso las propias computadoras.
Al término del contrato el tomador puede quedarse con los equipos o si quiere mantenerse actualizado sencillamente nos devuelve todo y firmamos un nuevo acuerdo con la tecnología de ese momento y se mantiene actualizado", concluye Calderón.No existe "el sector" tomador de leasing, ya que los interesados se distribuyen prácticamente en todas las ramas. Pero es particularmente atractivo para el campo (maquinaria agrícola y hasta planta de silos), logística y transporte (sobre todo para las flotas de vehículos de carga), en la industria de transformación (tornos, fresadoras y equipamiento medio en general) sobre todo la que se dedica a la exportación y en la construcción (básicamente equipamiento para obras viales o máquinas de gran porte).
El Banco Nación, por caso, lanzó un programa de leasing naval por 432 millones de pesos, a 120 meses de plazo que incluye la ventaja adicional de una tasa de interés subsidiada. La idea es construir no menos de 74 unidades de pequeño y mediano tamaño para reactivar algunos astilleros y con el que se piensa dar ocupación a 2.500 personas."El grueso de nuestros clientes de leasing vienen del campo, la construcción y el transporte.
Pero también es cierto que al tener el 80% de nuestras sucursales en el interior apuntamos mucho a las economías regionales y al agro", explicó Milagro Medrano desde el Banco Macro, la entidad que también maneja los bancos Suquía, del Tucumán y que espera hacerse cargo en los próximos días del Bisel.
Medrano dice que el negocio tomó un fuerte impulso en la segunda mitad de 2004 y que se consolidó en 2005, cuando sumaron a la operatoria al Suquía, con fuerte inserción en zonas agrícolas. "En los primeros seis meses de 2006, crecimos un 41% respecto al mismo período de 2005", aseguró Medrano. Se esperanzó con un mayor crecimiento, ya que "ya pusimos al Banco del Tucumán a trabajar en leasing y vamos a hacer lo mismo cuando recibamos el Bisel, dos bancos que pensamos tienen mucho potencial para este mecanismo por el perfil que tienen sus clientes".
Y concluyó de manera rotunda: "Es un instrumento óptimo"."Tiene muchísimo futuro. Basta mirar las cifras que mueve en el resto del mundo e incluso en países vecinos como Brasil y Chile para tomar conciencia de su dimensión. Nosotros lo hacemos desde hace mucho tiempo y la verdad es que después de la crisis se sumaron otros jugadores", expresó Marcelo Donofrio, de Provincia Leasing, una compañía del Grupo Bapro. Pronostica que a fin de año llegarán a los 100 millones de pesos en contratos y que se trata de una herramienta "sumamente importante para las pymes, que son el grueso de nuestros clientes, ya que les permite acceder a financiamiento a mediano y largo plazo".
El grueso de sus clientes se recluta en la construcción (30%), la industria (25%) y el comercio y servicios (20%); el resto es para el agro y otros sectores menores. Y sostiene que para dejarlo crecer quedan por tomar algunas medidas, "por ejemplo, equiparar el IVA de la compra con el del canon y extender los beneficios del decreto 1352 respecto de los plazos de amortización de los bienes".
Surgido como un salvavidas en la crisis, hoy el leasing parece tomar vuelo propio y amenaza con independizarse de las entidades financieras tradicionales. En este sentido, Muñoz retoma las palabras de Prassolo y sostiene que "se complementa muy bien con los fideicomisos y creo que vamos a un esquema de financiamiento del leasing en el mercado de capitales".
Fuente: Diario Clarín.
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