Garajes: otra alternativa
El aumento de la producción y venta de autos genera en forma directamente proporcional la necesidad de dar una respuesta mediante espacio físico, no sólo para su circulación, sino para su estacionamiento. El tema, aparece como una arista interesante a abordar en proyectos inmobiliarios dentro del entramado urbano de grandes ciudades como Buenos Aires.
De la mano del crecimiento de la actividad económica es notorio el aumento de la cantidad de autos nuevos que se incorporan a las calles de la ciudad. Las estadísticas lo comprueban. Durante el pasado año 2005 se patentaron en la ciudad de Buenos Aires 87.268 autos un 33,47 % más que durante 2004.
Así estos automóviles se suman a la cantidad ya radicada en la ciudad y a los que diariamente ingresan desde el conurbano bonaerense y en menor proporción desde otros destinos. Aparte de la problemática que genera la circulación de tantos automotores dentro de la ciudad, que amerita estudios y acciones a nivel público y privado para regular los inconvenientes que hacen a cuestiones de calidad ambiental, aparece la necesidad creciente de brindar espacios donde estacionar el automóvil cuando no se halla circulando.
Queda así plasmada una nueva situación paradojal, que pone en conflicto a la necesidad cada vez mayor de espacios de guarda de vehículos con el alto valor del suelo en la ciudad. Justamente en los barrios más requeridos desde el punto residencial, donde la tierra tiene mayor valor, es donde también se necesita mayores espacios de guarda de automóviles.
El aumento de la cantidad de obras en ciertas zonas de la ciudad, provoca el incremento de densidad de población la que viene acompañada por sus autos. Una parte de los autos propiedad de estos habitantes que se incorporan a los nuevos edificios cuentan también con una plaza de cochera en esos inmuebles, pero no todos, ya que en muchas ocasiones la cantidad de cocheras no es igual a la cantidad de departamentos y por otro lado en más de una ocasión el grupo familiar cuenta con más de un vehículo.
Desde otro ángulo, la reconversión de terrenos y otros inmuebles en edificios de propiedad horizontal, con ingresos de cochera, va recortando la disponibilidad de lugar en la vía pública ya que impide el estacionamiento en el sector lindero al cordón que coincide con el acceso al garaje.
Por ende, se hace cada vez más complicado encontrar espacio donde dejar el automóvil para los visitantes ocasionales que pretenden recalar en las zonas donde está aumentado la densidad edilicia, demandando muchas veces dejar el automóvil a distancias dilatadas del punto al cual la persona se dirige.
Esta situación se ve aún más agravada en virtud de que gran parte de los estacionamientos se están reconvirtiendo precisamente en edificios con destino residencial, por lo cual se reduce simultáneamente la capacidad de estacionamiento y crece la cantidad de autos que requieren de ese espacio.
Más allá de las acciones que puedan tomarse desde el orden público para mejorar o minimizar esta cuestión, ante la escasez, el aumento en los precios de las cocheras tanto para venta como para alquiler parece inevitable en las áreas urbanas de mayor concentración edilicia residencial.
Las cocheras, en virtud de ello, comienzan a ser una muy buena opción de inversión ya que demandan un monto relativamente bajo para hacerse con su propiedad que según los barrios puede ir de entre los 6.000 a los 18.000 dls.
Por otra parte, la inversión en plazas de estacionamiento no demanda costos de mantenimiento y, en general, insume reducidos gastos a afrontar por expensas mensuales. La sobredemanda, incide asegurando, por otro lado, muy pocos intervalos de vacancia en los cuales el inmueble se encuentra sin rentar.
Este año nuevamente se venderán más autos que el anterior y también la construcción de nuevos edificios aumentará. Parecería que es un buen momento para comenzar a tirar sobre la mesa en los análisis de emprendimientos inmobiliarios proyectos residenciales que contengan, un mayor número de cocheras, aprovechando para ello el espacio más propicio, es decir bajo tierra.
Aún cuando los costos y tiempos de construcción se incrementen la rentabilidad del proyecto también puede hacerlo, e incluso potenciarse a dos o tres años vista, cuando el edificio se halle concluido.
La incorporación de nuevas tecnologías aplicadas al parking, mediante las cuales se optimiza y racionaliza el espacio como monta-autos y sistemas de asignación de espacios automatizados comienzan a tener viabilidad de aplicación nuevamente en Bs As, reduciendo así el espacio destinado a circulación y ocupando este con mayor número de plazas de estacionamiento y por ende obteniendo un uso más racional del espacio.
El conflicto entre la máquina y lo humano es un fenómeno urbano. Le Corbusier, maestro de la arquitectura moderna - ante el empuje del auge de la sociedad industrial- planteaba incluso la subordinación al automóvil en algunas de sus ideas de planeamiento urbano.
No se trata de subordinar lo humano a la máquina, sino de lograr su convivencia más armónica, sin perder de vista que a medida que la vida en la ciudad se vuelve más densa se necesitará de un mayor auxilio tecnológico.
La actual situación demanda, por un lado, adaptaciones de códigos a la nueva realidad tecnológica y de crecimiento del parque automotor, mientras se espera el tratamiento del demorado plan urbano ambiental; punto de partida para comenzar a tratar estos y otros temas centrales para la ciudad.
Mientras tanto, queda en manos de la creatividad privada encontrar nuevas formas de asimilar esta realidad como una ventaja competitiva a incorporar en proyectos residenciales y comerciales con destino de estacionamiento.
Fuente: ReporteInmobiliario.com
0 Comentarios:
Publicar un comentario
<< Home