jueves, julio 17, 2008

La baja en el precio del petróleo es síntoma del desconcierto financiero

El barril de petróleo regresó al nivel de u$s134, después de perder u$s10 en dos sesiones. El trasfondo es la preocupación inversora sobre el futuro de los EEUU.
El petróleo se transformó en el termómetro de los mercados financieros del mundo. La volatilidad inédita de los precios de los hidrocarburos refleja la susceptibilidad inversora, que ante el menor signo provoca un salto alcista o bajista de las cotizaciones, a la vez que demuestra que es imposible hacer pronósticos ante esta coyuntura global.
Este miércoles, el petróleo cayó nuevamente en Nueva York, y totalizó una pérdida de más de diez dólares en dos sesiones y casi 13 desde el récord histórico de u$s147,27, alcanzado apenas el
viernes pasado.
Esta vez, el factor declinante fue el imprevisto incremento de las reservas de hidrocarburos en los Estados Unidos, primer consumidor mundial de energía, que aumentaron en 3 millones de barriles la semana pasada, cuando los analistas preveían un descenso de 2 millones de barriles.
Para los analistas, el aumento de las reservas refleja las dificultades de la economía norteamericana: la crisis debería producir un descenso del consumo de energía y, por lo tanto, una menor demanda para los exportadores, que regulan el abastecimiento y manejan los precios.
El presidente de la Reserva Federal norteamericana Ben Bernanke declaró este martes ante el
Senado que los riesgos sobre la economía y las presiones inflacionarias aumentaron, advirtiendo
que no se debe esperar un crecimiento "sólido", principalmente en el segundo semestre.
EEUU mira hacia adentro Otro dato clave fue la orden del presidente de los EEUU, George W. Bush, que levantó la restricción de casi dos décadas que no permitía la exploración de petróleo y gas natural en la mayor parte de las aguas profundas del país. Esta iniciativa, de prosperar, recién mostrará sus frutos en un plazo de cinco a diez años, pero fue una señal contundente para los operadores financieros, que actuaron de inmediato.
El petróleo por encima de u$s100 el barril y el galón (3,78 litros) de nafta a cuatro dólares
comenzaron a cambiar los hábitos de los norteamericanos: mayor utilización del transporte público, mudanzas desde los suburbios al centro de las ciudades o demanda de vehículos más
económicos.
Los Estados Unidos tienen el 4% de la población mundial y utiliza casi una cuarta parte del
petróleo mundial y la suba del crudo, a la par de una baja en la cotización del dólar, impactan en suactividad y en sus lazos económicos con el resto del mundo.
El problema, como lo explicó el propio Bush, es que "Estados Unidos es adicto al petróleo, que
usualmente es importado desde partes inestables del mundo". Inestabilidad que las guerras
encaradas por su país en los albores del siglo XXI no contribuyeron a apaciguar.

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