La Familia De Los BONAR, Un Menu De Bonos No Apto Para El Pequeño Inversor
Economía colocó ayer con éxito el primero en pesos y sin indexación.
Hay vida para el Bonar, pero todavía no mucha. Paga buena tasa pero devuelve el capital al vencimiento. Y casi no tiene mercado. El de pesos no tiene ajuste, lo que conviene evitar.
Con la salida al mercado de ayer, donde el Gobierno colocó su primer título en pesos sin indexación –una nueva versión del Bonar X–, la flamante casta de los Bonar en sus versiones V, VII y X –en dólares– y el nuevo Bonar X –pero en pesos– ya hizo pie en los mercados, pero aún no logra sacar la cabeza y resultarle atractivo al pequeño inversor. ¿Por qué?
Para Diana Gattegno, analista de renta fija de Maxinta Valores, una de las razones es el poco tiempo que ha pasado aún desde que fueron licitados. "El mercado secundario siempre se va armando de a poco. Cuando el bono está recién emitido, generalmente va a tener un bajo volumen en el mercado secundario", señaló la analista. Gattegno subraya que en el caso de los Bonar, este argumento se refuerza "ya que fueron colocados entre grandes inversores y para que estos títulos retornen al mercado secundario habrá que esperar a que se decidan a colocarlos".
Para Rafael Ber, el nuevo Bonar X ostenta aún un mayor número de exigencias para el pequeño inversor. "Como se trata de un título en pesos, que no ofrece indexación, entonces el inversor tiene que cubrirse del riesgo de inflación". Según sostiene el analista de Argentine Research, existen dos factores que gravitan con peso propio a la hora de colocar dinero a cambio de los títulos de esta clase. El primero es el riesgo inherente a cada título de default, donde la salud del emisor del activo en cuestión será "fundamental". El segundo, sólo aplicable a títulos que no indexan, es el riesgo cambiario fogoneado por la inflación. "Para los mayoristas existe la posibilidad de cubrirse utilizando futuros u otro tipo de herramientas, ya que pueden afrontar los costos pero para los chicos sólo les queda rezar", bromea Ber. Y existe un tercer riesgo para el que nadie está advertido de antemano: una indexación tramposa.
Otro de los motivos que señalan los analistas es que, en este caso, la devolución del capital invertido en el bono se realiza una vez llegada la fecha de vencimiento, es decir, 2011, 2013 y 2017. "Existen otros títulos que le pagan una tasa similar al inversor pero le van devolviendo el capital comprometido año tras año, lo que puede ser utilizado para reinvertirlo", sostuvo Gattegno (ver recuadro).
Sacándole la ficha al Bonar
El más antiguo de la familia Bonar es el "V", un título en dólares que vio la luz en marzo de 2006 y que vence en 2011. Se emitieron u$s 1.500 millones en total. Con este bono, la Argentina volvió al mercado voluntario de deuda después de la profunda crisis de 2001. Hoy, con una cantidad de negocios endeble – un promedio de $ 1,1 millón– el título cotiza a $ 307, un 98% de su valor técnico y le promete al inversor 7,11% de rendimiento anual. Para el Bonar "VII" no hubo mejor suerte. Lanzado en septiembre de 2006, se negocia día por medio en Bolsa con un promedio de $1 millón y le paga al inversor una tasa de 8,19%. Vence en 2013. La cotización es de $ 297,80 por cada lámina, es en dólares y se encuentra a un 95% de su valor técnico. El Bonar "X" es el tercero. Lanzado en abril de 2007, la versión en dólares cotiza a $ 276, un 88% de su valor técnico. Paga 8,93% anual y vence en 2017.
Fuente: Diario El Cronista
Hay vida para el Bonar, pero todavía no mucha. Paga buena tasa pero devuelve el capital al vencimiento. Y casi no tiene mercado. El de pesos no tiene ajuste, lo que conviene evitar.
Con la salida al mercado de ayer, donde el Gobierno colocó su primer título en pesos sin indexación –una nueva versión del Bonar X–, la flamante casta de los Bonar en sus versiones V, VII y X –en dólares– y el nuevo Bonar X –pero en pesos– ya hizo pie en los mercados, pero aún no logra sacar la cabeza y resultarle atractivo al pequeño inversor. ¿Por qué?
Para Diana Gattegno, analista de renta fija de Maxinta Valores, una de las razones es el poco tiempo que ha pasado aún desde que fueron licitados. "El mercado secundario siempre se va armando de a poco. Cuando el bono está recién emitido, generalmente va a tener un bajo volumen en el mercado secundario", señaló la analista. Gattegno subraya que en el caso de los Bonar, este argumento se refuerza "ya que fueron colocados entre grandes inversores y para que estos títulos retornen al mercado secundario habrá que esperar a que se decidan a colocarlos".
Para Rafael Ber, el nuevo Bonar X ostenta aún un mayor número de exigencias para el pequeño inversor. "Como se trata de un título en pesos, que no ofrece indexación, entonces el inversor tiene que cubrirse del riesgo de inflación". Según sostiene el analista de Argentine Research, existen dos factores que gravitan con peso propio a la hora de colocar dinero a cambio de los títulos de esta clase. El primero es el riesgo inherente a cada título de default, donde la salud del emisor del activo en cuestión será "fundamental". El segundo, sólo aplicable a títulos que no indexan, es el riesgo cambiario fogoneado por la inflación. "Para los mayoristas existe la posibilidad de cubrirse utilizando futuros u otro tipo de herramientas, ya que pueden afrontar los costos pero para los chicos sólo les queda rezar", bromea Ber. Y existe un tercer riesgo para el que nadie está advertido de antemano: una indexación tramposa.
Otro de los motivos que señalan los analistas es que, en este caso, la devolución del capital invertido en el bono se realiza una vez llegada la fecha de vencimiento, es decir, 2011, 2013 y 2017. "Existen otros títulos que le pagan una tasa similar al inversor pero le van devolviendo el capital comprometido año tras año, lo que puede ser utilizado para reinvertirlo", sostuvo Gattegno (ver recuadro).
Sacándole la ficha al Bonar
El más antiguo de la familia Bonar es el "V", un título en dólares que vio la luz en marzo de 2006 y que vence en 2011. Se emitieron u$s 1.500 millones en total. Con este bono, la Argentina volvió al mercado voluntario de deuda después de la profunda crisis de 2001. Hoy, con una cantidad de negocios endeble – un promedio de $ 1,1 millón– el título cotiza a $ 307, un 98% de su valor técnico y le promete al inversor 7,11% de rendimiento anual. Para el Bonar "VII" no hubo mejor suerte. Lanzado en septiembre de 2006, se negocia día por medio en Bolsa con un promedio de $1 millón y le paga al inversor una tasa de 8,19%. Vence en 2013. La cotización es de $ 297,80 por cada lámina, es en dólares y se encuentra a un 95% de su valor técnico. El Bonar "X" es el tercero. Lanzado en abril de 2007, la versión en dólares cotiza a $ 276, un 88% de su valor técnico. Paga 8,93% anual y vence en 2017.
Fuente: Diario El Cronista
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