Destituyeron a Aníbal Ibarra

La Sala Juzgadora de la Legislatura logró los 10 votos necesarios para relevarlo del cargo. No fue inhabilitado.

Aníbal Ibarra fue destituido ayer por la Legislatura porteña (aunque no quedó inhabilitado para ejercer cargos públicos) por mal desempeño de sus funciones al hallárselo responsable político de la tragedia de Cromañón.

Ahora, el vicejefe de Gobierno, Jorge Telerman, completará el mandato hasta diciembre de 2007.Ibarra quedó definitivamente afuera del Ejecutivo (estaba suspendido a causa del juicio) por 10 votos a favor de la condena, cuatro por la absolución y uno por la abstención. El fallo se conoció después de las 17, tras casi cuatro horas de sesión.

Luego de escuchar el fallo con gesto sombrío y los brazos cruzados, Ibarra confirmó que recurrirá a la Justicia ordinaria, advirtió que "la historia no termina aquí" y dijo que seguirá "trabajando en la ciudad por los mismos ideales".También acusó a sectores políticos porteños de buscar con su destitución "un chivo expiatorio que nos aleja de la verdad" y de actuar como "microemprendimientos que respetan la voluntad popular cuando les conviene". No dio nombres, pero es obvio que aludió al macrismo.

La Sala Juzgadora reunió los votos estrictos necesarios para destituir a Ibarra: se necesitaban los dos tercios de los miembros del cuerpo (de 15 legisladores) para adoptar esa medida.La destitución fue avalada por los macristas Daniel Amoroso, Roberto Destéfano, Silvia Majdalani y Marcelo Meis (Recrear); los aristas Facundo Di Filippo y Guillermo Smith; Héctor Bidonde (Bloque del Sur); Florencia Polimeni (Guardapolvos Blancos); Gerardo Romagnoli (Autodeterminación y Libertad) y el kirchnerista Helio Rebot.

El kirchnerismo votó dividido: mientras Rebot se pronunció por la destitución, Sebastián Gramajo pidió la absolución y Elvio Vitali produjo la única abstención.Como se había anticipado, la ibarrista Laura Moresi, el socialista Norberto La Porta y Beatriz Baltroc (Autonomía Popular) sumaron votos por la restitución de Ibarra, que se completó con el sufragio de Gramajo.La jornada había arrancado con máxima tensión y escepticismo debido a que los rumores de que Baltroc avalaría la continuidad de Ibarra (lo que finalmente se produjo) desesperanzó a muchos familiares.

Sin embargo, la decisión de Polimeni y de Rebot (quizás los dos votos mejor fundamentados de la sesión) de pedir la destitución y la confirmación de que Romagnoli votó en "solidaridad" con los familiares, torció el rumbo a una absolución casi cantada.Operadores políticos de todos los sectores y el propio Jorge Iglesias (líder de los familiares), a poco de iniciarse la sesión, denunciaron públicamente la supuesta "compra de voluntades" y cuestionaron con dureza a Baltroc.Sin embargo, Polimeni, Rebot y sus votos a favor de la destitución cambiaron el escenario, por lo que Romagnoli (el último en orden alfabético y que definía todo) torció el destino de Ibarra.Pese a recibir múltiples presiones desde varios sectores kirchneristas, la decisión de Rebot de sostener su sufragio por la condena fue vital para la definición.

Con su voto (por la abstención), Vitali trató de mostrar públicamente la "prescindencia" de la Casa Rosada.Julio César Strassera, defensor de Ibarra, afirmó luego del fallo que "se consumó un golpe institucional, y la prueba está en que todos los diputados, al leer el veredicto, se refirieron a él", finalizó.La sesión se realizó en medio de un clima tenso y dominado por un férreo operativo de seguridad, que sólo permitió el ingreso al recinto tras múltiples controles.

De este modo, los incidentes en las gradas no se repitieron.La salida de Ibarra es un nuevo capítulo de la tragedia de Cromañón y es la consecuencia política de mayor impacto en la breve historia de la Ciudad Autónoma y en la más extensa de la Argentina.Aunque los diputados de la Sala Juzgadora siguieron el camino que había trazado la acusación integrada por los fiscales Jorge Enríquez, Jorge Sanmartino y Tomás Devoto, evitaron definirse sobre el otro reclamo: la inhabilitación.

La fiscalía había reclamado 10 años de impedimento para ocupar cargos públicos, pero los legisladores, como máximo, reclamaron seis, por lo que ese pedido de la acusación sí naufragó.

Fuente: www.lacapital.com.ar