El Dinero Busca Un Destino Latinoamericano
La Argentina es el único país que descarta esta oportunidad.
MADRID.- Como en los 70, cuando los grandes bancos internacionales estaban llenos de petrodólares. Como en los 90 cuando los flujos de inversión hacia los países emergentes marcaban récords. A esos dos momentos hace recordar el nivel actual de liquidez mundial que hace que cantidades enormes de dinero estén desesperadamente buscando negocios en todo el planeta. Algo que genere las rentabilidades que las casi ridículas tasas de interés hoy no pueden dar.
En ese contexto, América latina resulta muy atractiva. Porque, en líneas generales, desapareció la inflación, el déficit fiscal, la balanza comercial salió del rojo, se redujo la deuda pública y los manejos macroeconómicos parecen prudentes. ¿Exceso de benevolencia al juzgar los casos? Probablemente, pero los auges son así.
Si el clima general es el que mostraron los empresarios en el VIII Foro Latibex, que acaba de finalizar, no será difícil lograr enormes flujos de inversión directa a la región. Sólo habrá que mostrar buenos proyectos. ¿Está la Argentina aprovechando la oportunidad? No parece.
Ni presencia empresaria ni funcionarios tratando de instalar a la Argentina en la agenda se vieron aquí. Ni uno solo de los paneles estuvo dedicado al país. La gran presencia fue la de mexicanos y brasileños, cuyas empresas constituyen en conjunto el 90% del Latibex, una suerte de bolsa dentro de la Bolsa de Madrid donde cotizan papeles de compañías con negocios en la región iberoamericana.
El objetivo declarado de estos encuentros es hacer más grande al Latibex. Que más compañías coticen y consigan fondos europeos que den liquidez a sus papeles a un costo de operación que se promete más bajo.
Las empresas que ya están en el panel se ofrecen como alternativas más que interesantes para invertir, por medio de la compra de sus papeles, en las economías que no paran de crecer y, según los dueños y ejecutivos, de ofrecer espectaculares oportunidades de negocios.
Emilio Botín, dueño del Banco Santander Central Hispano, trazó un panorama más que optimista. Es lógico que no sería en un escenario como el Foro Latibex donde pondría los reclamos más importantes contra los gobiernos, buscando, como estaba, inversores. Pero cuando se habla en privado, los empresarios también son extremadamente optimistas, incluso con la Argentina. Casi no advierten luces amarillas aunque se les recuerden los problemas energéticos, los controles de precios y que algunas cuentas provinciales, como las de Buenos Aires, han retornado sorpresivamente al rojo.
Muchas empresas españolas desbordan de liquidez y desean invertir donde puedan. El Santander compró un banco en Inglaterra. Y la enorme constructora Ferrovial, que apenas tiene un negocio latinoamericano pequeño en Chile, acaba de quedarse con la concesión de todo el sistema de aeropuertos ingleses.
¿Aparece la Argentina en el radar de los negocios? Muchos miran interesados la pantalla, pero se sorprenden al ver que no hay señal argentina. Y no es que la región en general y la Argentina en particular no necesiten aprovechar de esta bonanza inversora. Por supuesto, hay casos y casos. Chile se las ingenia bastante bien para conseguir capital extranjero que haga inversiones directas y algo parecido ocurre con México y Brasil, mientras que la Argentina tiene un déficit enorme en la materia.
La amenaza rusa
¿Qué peligros podría enfrentar la región? Fuera de los paneles se comentó uno que podría resultar temible para la Argentina: que Rusia y algunas ex repúblicas soviéticas den el salto en producción de granos y oleaginosas que dio la Argentina en las dos últimas dos décadas del siglo XX. La multiplicación de la producción por la aplicación de tecnología como la siembra directa podría eliminar el faltante de granos y oleaginosas que hace que los precios se mantengan hoy tan altos. ¿Qué debería hacer el país? "Primero, montar un plan para llevar la producción de granos y oleaginosas a cien millones de toneladas anuales", dice un especialista. Luego, olvidar de a poco el Mercosur. "No tiene sentido, no hay una industria para proteger en la Argentina, sólo los brasileños están haciendo negocio con eso".
Los problemas actuales son conocidos aquí, aunque ya no se machaque todo el tiempo con ellos: "El Gobierno entiende claramente que el tema de los precios es un problema mucho más político que económico. Lo tienen claro y no quieren pagar el costo de que aumente la cantidad de personas bajo la línea de pobreza por subas de los valores. Lo que no tienen muy claro es qué hacer".
La convicción es que "aunque a los liberales les parezca repugnante, se pueden hacer acuerdos con los empresarios, que hagan que los negocios crezcan, se alienten las inversiones y los precios no se descontrolen. Esa clase de cosas es, si se quiere, parte de la tradición peronista, pero sin embargo el actual gobierno no lo ha intentado, más bien ha dañado los negocios y enrarecido el clima de inversiones, aunque hasta ahora no por ello se ha deteriorado el crecimiento".
"Este auge está durando bastante y parece que va a durar bastante más, pero hay que aprovecharlo, porque no es la primera vez que la región tiene una bonanza y tampoco sería la primera vez que, una vez terminada, no le queda nada y va a parar a otra crisis". No hace falta recordar lo que le pasó a la Argentina cuando las dos grandes olas de liquidez de fines del siglo pasado terminaron. Ahora, a diferencia de entonces, el crecimiento no está apalancado con deuda ni parece que esa tendencia vaya a reinstalarse. Pero esta vez parece haber, a diferencia de en aquellas dos ocasiones, mucho más capital decidido a hacer inversiones directas. "Si la Argentina muestra que es capaz de seguir un sendero que permita solucionar muchos de los problemas pendientes en materia de contratos y compromisos y marcos regulatorios, podrá, sin duda aprovechar en buena forma esta oportunidad única." La pelota está en la cancha del Gobierno.
Fuente: http://www.lanacion.com
MADRID.- Como en los 70, cuando los grandes bancos internacionales estaban llenos de petrodólares. Como en los 90 cuando los flujos de inversión hacia los países emergentes marcaban récords. A esos dos momentos hace recordar el nivel actual de liquidez mundial que hace que cantidades enormes de dinero estén desesperadamente buscando negocios en todo el planeta. Algo que genere las rentabilidades que las casi ridículas tasas de interés hoy no pueden dar.
En ese contexto, América latina resulta muy atractiva. Porque, en líneas generales, desapareció la inflación, el déficit fiscal, la balanza comercial salió del rojo, se redujo la deuda pública y los manejos macroeconómicos parecen prudentes. ¿Exceso de benevolencia al juzgar los casos? Probablemente, pero los auges son así.
Si el clima general es el que mostraron los empresarios en el VIII Foro Latibex, que acaba de finalizar, no será difícil lograr enormes flujos de inversión directa a la región. Sólo habrá que mostrar buenos proyectos. ¿Está la Argentina aprovechando la oportunidad? No parece.
Ni presencia empresaria ni funcionarios tratando de instalar a la Argentina en la agenda se vieron aquí. Ni uno solo de los paneles estuvo dedicado al país. La gran presencia fue la de mexicanos y brasileños, cuyas empresas constituyen en conjunto el 90% del Latibex, una suerte de bolsa dentro de la Bolsa de Madrid donde cotizan papeles de compañías con negocios en la región iberoamericana.
El objetivo declarado de estos encuentros es hacer más grande al Latibex. Que más compañías coticen y consigan fondos europeos que den liquidez a sus papeles a un costo de operación que se promete más bajo.
Las empresas que ya están en el panel se ofrecen como alternativas más que interesantes para invertir, por medio de la compra de sus papeles, en las economías que no paran de crecer y, según los dueños y ejecutivos, de ofrecer espectaculares oportunidades de negocios.
Emilio Botín, dueño del Banco Santander Central Hispano, trazó un panorama más que optimista. Es lógico que no sería en un escenario como el Foro Latibex donde pondría los reclamos más importantes contra los gobiernos, buscando, como estaba, inversores. Pero cuando se habla en privado, los empresarios también son extremadamente optimistas, incluso con la Argentina. Casi no advierten luces amarillas aunque se les recuerden los problemas energéticos, los controles de precios y que algunas cuentas provinciales, como las de Buenos Aires, han retornado sorpresivamente al rojo.
Muchas empresas españolas desbordan de liquidez y desean invertir donde puedan. El Santander compró un banco en Inglaterra. Y la enorme constructora Ferrovial, que apenas tiene un negocio latinoamericano pequeño en Chile, acaba de quedarse con la concesión de todo el sistema de aeropuertos ingleses.
¿Aparece la Argentina en el radar de los negocios? Muchos miran interesados la pantalla, pero se sorprenden al ver que no hay señal argentina. Y no es que la región en general y la Argentina en particular no necesiten aprovechar de esta bonanza inversora. Por supuesto, hay casos y casos. Chile se las ingenia bastante bien para conseguir capital extranjero que haga inversiones directas y algo parecido ocurre con México y Brasil, mientras que la Argentina tiene un déficit enorme en la materia.
La amenaza rusa
¿Qué peligros podría enfrentar la región? Fuera de los paneles se comentó uno que podría resultar temible para la Argentina: que Rusia y algunas ex repúblicas soviéticas den el salto en producción de granos y oleaginosas que dio la Argentina en las dos últimas dos décadas del siglo XX. La multiplicación de la producción por la aplicación de tecnología como la siembra directa podría eliminar el faltante de granos y oleaginosas que hace que los precios se mantengan hoy tan altos. ¿Qué debería hacer el país? "Primero, montar un plan para llevar la producción de granos y oleaginosas a cien millones de toneladas anuales", dice un especialista. Luego, olvidar de a poco el Mercosur. "No tiene sentido, no hay una industria para proteger en la Argentina, sólo los brasileños están haciendo negocio con eso".
Los problemas actuales son conocidos aquí, aunque ya no se machaque todo el tiempo con ellos: "El Gobierno entiende claramente que el tema de los precios es un problema mucho más político que económico. Lo tienen claro y no quieren pagar el costo de que aumente la cantidad de personas bajo la línea de pobreza por subas de los valores. Lo que no tienen muy claro es qué hacer".
La convicción es que "aunque a los liberales les parezca repugnante, se pueden hacer acuerdos con los empresarios, que hagan que los negocios crezcan, se alienten las inversiones y los precios no se descontrolen. Esa clase de cosas es, si se quiere, parte de la tradición peronista, pero sin embargo el actual gobierno no lo ha intentado, más bien ha dañado los negocios y enrarecido el clima de inversiones, aunque hasta ahora no por ello se ha deteriorado el crecimiento".
"Este auge está durando bastante y parece que va a durar bastante más, pero hay que aprovecharlo, porque no es la primera vez que la región tiene una bonanza y tampoco sería la primera vez que, una vez terminada, no le queda nada y va a parar a otra crisis". No hace falta recordar lo que le pasó a la Argentina cuando las dos grandes olas de liquidez de fines del siglo pasado terminaron. Ahora, a diferencia de entonces, el crecimiento no está apalancado con deuda ni parece que esa tendencia vaya a reinstalarse. Pero esta vez parece haber, a diferencia de en aquellas dos ocasiones, mucho más capital decidido a hacer inversiones directas. "Si la Argentina muestra que es capaz de seguir un sendero que permita solucionar muchos de los problemas pendientes en materia de contratos y compromisos y marcos regulatorios, podrá, sin duda aprovechar en buena forma esta oportunidad única." La pelota está en la cancha del Gobierno.
Fuente: http://www.lanacion.com
Editado por Paola Totonelli, Equipo de Redacción de www.proactivos.com
0 Comentarios:
Publicar un comentario
<< Home