El dólar no deja de caer: quedó a $3,05
El dólar profundizó ayer su tendencia bajista en la plaza local, al promediar una cotización de $ 3,05 para el tipo vendedor minorista en agencias y bancos del centro porteño, con lo que se hundió a niveles que no repetía desde el 2 de enero de 2006.
La misma tendencia bajista, auspiciada por el accionar de la banca oficial, se repitió en las operaciones mayoristas (cerró a $ 3,020) y para los contratos por liquidarse cuando culmine junio (se negoció a $ 3,016). En todos los casos, los distintos segmentos del mercado operaron bajo la atenta vigilancia del Banco Central, que intervino con puntuales ventas para persuadir a los inversores de que el Gobierno propicia una baja mayor de la cotización, como queda demostrado al concretar ventas a futuro a precios inferiores que los vigentes en el mercado físico.
Según consignaron distintos operadores a LA NACION, las ventas oficiales sumaron US$ 10 millones en el mercado físico y otros US$ 40 millones en contratos por vencer a fin de mes, y al concluir julio y agosto, básicamente, plazos que tienden a corroborar que su estrategia es mantener el dólar "barato" al menos durante los próximos tres meses.
"El BCRA marcó el camino, ya que desde temprano puso futuros a la venta a $ 3,0180 y luego vendió un poco de dólares de contado a $ 3,0210, para dejar en claro que la divisa bajará aún más en los días venideros", reportó ayer en su informe diario Fernando Izzo, de ABC Mercado de Cambios.
Con esta estrategia, colocó el valor del dólar en términos reales en su mínimo nivel desde la caótica devaluación de 2002, según una medición realizada por el Departamento de Investigaciones del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF).
Pero, a su vez, ubica al dólar multilateral en el más alto nivel desde ese lapso, al colocarlo a $ 3,21, según un cálculo de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), al ponderar por el peso de cada moneda en el comercio exterior, un fenómeno básicamente posible por la revaluación mostrada en el período por el euro y el real brasileño respecto del dólar.
Si se repasa la evolución del dólar "real", se observa que fue calma en los últimos años. Alcanzó un pico máximo de $ 5,22, dos meses después de la crisis, y luego se mantuvo invariablemente en baja (mucho menos marcada desde mediados de 2006 a la fecha) hasta enero pasado, cuando promedió $ 3,19. Pero desde marzo, es decir, desde el mes en que estalló la disputa entre el Gobierno y el campo, profundizó esa tendencia hasta tocar a fin de mayo los $ 3,10.
Además, los exportadores (Fernández aludió a "productores") cobraron por esas ventas un total de US$ 10.400 millones, un 63% más en la misma comparación anualizada.
Lo curioso es que los datos aportados por la Casa Rosada tienden a ratificar que el estrangulamiento que sufrió la plaza cambiaria local en los últimos meses no se correspondió con una merma en la liquidaciones (por lo menos, no de ese sector), sino con una marcada reactivación de la demanda de dólares en el marco de la incertidumbre que genera este enfrentamiento.
En rigor, esa menor oferta real de divisas (la potencial debería haber sido mayor) sólo se verificó durante los cuatro días hábiles de la semana pasada, cuando liquidaron operaciones por US$ 242,39 millones, un 36,15% menos que una semana antes, tal vez, porque las grandes cerealeras comenzaban a agotar su stock por la inactividad.
Los propios datos oficiales tienden a corroborar que la estrategia del Gobierno, que invirtió unos 3000 millones de dólares de reservas en esto, es castigar por unos meses a los que especularon con una devaluación mayor del peso, o a los productores que frenaron sus liquidaciones, como medida de fuerza para intentar forzar al Gobierno a revisar su esquema de retenciones móviles y con techo, algo que lograron parcialmente.
Javier Blanco - Redacción de LA NACION
Fuente: www.lanacion.com.ar
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