lunes, octubre 01, 2007

Sepa cómo se hace para perder u$s2.500 M después de cenar

Desde que se desató la crisis crediticia, muchos operadores profesionales en Japón han sufrido grandes pérdidas, pero no son los únicos en ese país

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Desde que la crisis crediticia comenzó a sacudir a los mercados financieros mundiales este verano, muchos operadores de bolsa profesionales han sufrido grandes pérdidas. Lo mismo ha sucedido con otro grupo más inusitado de inversionistas: las amas de casa japonesas de clase media que trabajan como especuladoras novatas en los mercados de divisas.

Itoh es una de ellas. El ama de casa de la ciudad central de Nagoya, no quiso que apareciera su nombre completo porque su esposo aún no está enterado. Después de lavar los platos de la cena, dedicaba las noches a la compra y venta de divisas extranjeras, según consigna The New York Times en su edición local.

En agosto, cuando la inestabilidad en los mercados de divisas, Itoh pasó una semana sin poder conciliar el sueño, mientras las pérdidas del mercado acababan con sus valores. Perdió casi todos los cien mil dólares de ahorros de su familia. “quería contribuir a nuestros ahorros, pero en lugar de eso me metí en aguas demasiado profundas”, dijo Itoh, de 36 años.

Decenas de miles de mujeres japonesas casadas se embarcaron en el intercambio de divisas on line en el último año y medio, al negociar en los mercados en su tiempo libre mientras hacían los quehaceres domésticos o después de acostar a los niños. Mientras el mundo predominantemente varonil de operadores e inversionistas de Tokio se burlaba de ellas como Señoras de la Casa vestidas de kimono, en masa, estas mujeres surgieron como una fuerza poderosa, al usar una vasta riqueza de Japón para influir en los precios y confundir a los economistas.

Muchas compraron y vendieron participaciones con valor de millones de dólares a través de las operaciones de margen, forma potencialmente lucrativa, pero riesgosa, de operaciones que usan dinero prestado. Hasta la crisis crediticia, el valor de las divisas extranjeras negociadas on line por ciudadanos japoneses particulares, entre ellos mujeres, promediaba u$s 9.100 millones diarios- casi una quinta parte de todo el intercambio de divisas extranjeras a nivel mundial en Tokio, dijo Kazuhiro Shiarakura, analista del Instituto de Investigación Yano, de Tokio a dicho medio.

Ahora las amas de casa-operadoras de Japón pueden convertirse también en víctimas de los problemas que afectan los mercados de deuda, crédito y acciones de todo el mundo. Estas mujeres casadas podrían perder la libertad económica recién descubierta que atrajo a muchas al intercambio de divisas en primer lugar.

La mayoría de los analistas estima que, en agosto, los inversores en línea japoneses perdieron u$s 2.500 millones en el intercambio de divisas. Los economistas ven la conmoción actual como la primera prueba auténtica enfrentada por las amas de casa-operadoras de Japón y de si éstas recién llegadas pueden tolerar la alta volatilidad.

El atractivo del intercambio on line, dicen muchas de estas mujeres, radica en parte en el potencial que ofrecía un poco de independencia financiera para las esposas que aún querían sumisamente pasar sus días en casa. Sin embargo, al realizar estas operaciones, desafiaron prohibiciones sociales profundamente arraigadas en Japón contra el dinero, que a menudo es visto como sucio, en especial cuando se gana a través de la especulación bursátil. “Hay tabúes estrictos contra el dinero que no se gana con el sudor de la frente”, dijo Mayumi Torii, de 41 años, madre de un hijo que dijo que ganó u$s 150.000 desde que empezó con operaciones al margen en divisas a principios del año pasado.

Torii, quien mantuvo en secreto su actividad cambiaria de sus amigas y ahora ha escrito un libro sobre su experiencia, señaló que tiene la intención de seguir en la actividad, a pesar de los reveses. Dijo que fue la mejor oportunidad de “valerme económicamente por mi misma”, necesidad que descubrió después de su primer matrimonio que terminó en divorcio, y ella y su hijo tuvieron que vivir de sus escasos ahorros. “Nunca quiero volverme a sentir tan vulnerable”, dijo Torii, quien se ha vuelto a casar.

A pesar de todo, más de media docena de amas de casas-operadoras entrevistadas dijeraon que estaban listas para la actividad cambiaria de nuevo, incluso Itoh, quien afirmó que probablemente invertiría los mil dólares que le quedaron de sus ahorros. “·no hay otra manera de ganar dinero tan rápido”, señaló

Fuente: Infobaeprofesional

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